¡LA IMPORTANCIA DEL DESAYUNO!

Ana Valeria Barona Sevilla – Nutrióloga

El desayuno es la primera comida del día, después de un largo “ayuno” que se  mantiene durante la noche, por lo que éste debe proporcionarnos los nutrientes necesarios para comenzar un nuevo día con energía y poder realizar todas las actividades cotidianas.

Si eres de las personas que se levantan con el tiempo justo por las mañanas, que se saltan el desayuno y creen que no es necesario, debes convencerte que te estás saltando la comida más importante, y como tal, tiene secuelas perjudiciales en nuestro organismo, ya que se obliga al cuerpo a recurrir a las reservas, obteniendo energía de nuestros músculos, lo cual no es deseable, ya que ésta situación favorece a la demanda de “ahorro” y,  por tanto, beneficia al sobrepeso. Además, de inducir a nuestro cuerpo al “piqueo” durante todo el día.

Nuestra actividad diaria, física y mental requiere el combustible que los alimentos saludables nos proporcionan para que el rendimiento sea satisfactorio, sin este combustible o con el depósito en reserva, afrontaremos el día con una serie de desventajas. Por eso, si eres estudiante, deportista o realizas cualquier actividad profesional o de ocio, necesitas desayunar en la cantidad y  calidad correcta para tener un estado de salud adecuado.

Está demostrado que las personas que no desayunan, o desayunan mal (no balanceado), tienen un rendimiento y una capacidad de mantener la atención menor que las que sí lo hacen. En la edad escolar ésta diferencia puede ser fundamental para el crecimiento y desarrollo intelectual del niño.

En las personas que realizan algún tipo de actividad física el desayuno podría ser poco diferente, pues aquellas personas tienen un mayor gasto de energía y calorías, por lo cual necesitan ingerir un mayor número de las mismas, sin embargo existe un mal hábito muy común en nuestra sociedad que es realizar el deporte en ayunas, lo cual no nos permite un óptimo desempeño y tiene un impacto sobre nuestro organismo muy similar a las personas que dejan pasar el desayuno.  Además, equivocadamente se cree que un consumo mayor de proteína (indiscriminado) va a proporcionar volumen en la musculatura, sin considerar que el mal balance de su ingesta puede desembocar en daños irreversibles en la salud como: falla renal, enfermedad cardiovascular, vigorexia, entre otras. Razón por la que recomiendo se acuda a un profesional para que puedan ser evaluados y guiados correctamente.

El desayuno no debe ser un banquete ni tampoco trabajoso, pero si planificado y en horarios establecidos. Cada persona tiene diferentes necesidades energéticas, ya que varios factores como edad, sexo, peso, ejercicio, etc. influyen a la hora de adaptar el desayuno y sus porciones, por lo que sugiero tener un plan nutricional personalizado.

Imagen de trendenciasbelleza.com

Al hablar de un desayuno saludable, los nutriólogos nos referimos a que éste contenga al menos uno de:

  • Proteínas: leche, yogurt, huevo o queso.
  • Carbohidratos: pan, cereales, galletas o avena.
  • Fibra: fruta/vegetales enteras o en zumo.
  • Grasas: Granola, frutos secos o mantequilla.

El arte de combinar esta gama de alimentos, nos proveerá de un desayuno apetitoso, agradable, deseable y saludable, que nos proporcionara energía y vitalidad.

Como profesional de la Salud, invito a todas las personas a tomarse su tiempo y actuar como personas adultas y responsables, para enseñar a los más pequeños del hogar, con el ejemplo a mantener un hábito saludable como es el desayuno, para así pretender que nuestra descendencia y generaciones venideras asuman esta rutina indispensable para la buena salud, mejor calidad de vida y buen desempeño, además garantizando así el bienestar en el ocaso de nuestras vidas.

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